Amalia quería coger un libro de un estante demasiado alto para ella.
Se paro de puntillas, pero aun así no logro cogerlo.
Se le ocurrío entonces, algo muy simple -¿cómo no lo pense antes?-
se par+o sobre una silla, y sobre la silla, se paró de puntillas.
Puso el cuello en la soga y saltó.